Cuenta Chufo Lloréns en su libro “La ley de los justos” que la juventud no sabe gozar de lo mejor de la existencia, que es la dulce espera. Los niños son felices cada cinco de enero porque aún no tienen los juguetes; al día siguiente vuelven a jugar con las peonzas, botones y tabas, que es lo que les gusta.
No hay comentarios:
Publicar un comentario