Las relaciones entre EE.UU. y China pasan por el peor momento en muchos años y se proyecta que van a empeorar aun más. El asesor de Seguridad Nacional, Jake Sullivan, fue coautor de un artículo en la revista Foreign Affairs, escrito con el principal asesor de Biden en temas asiáticos, Kurt Campbell, en el que abiertamente declararon que "la era de acercamiento con China había llegado a un abrupto final”.
Como señala la estrategia de asuntos exteriores interina que lanzó el gobierno de Biden, una China más "resuelta" es el "único competidor potencialmente capaz de combinar su poder económico, diplomático, militar y tecnológico para ejercer un desafío sostenible contra un sistema internacional estable y abierto".El mantra de la Casa Blanca de Biden es desafiar a China cada que sea necesario y cooperar cuando sea posible. China adopta una postura similar, enviando señales de su deseo de tener una relación constructiva, mientras continúa redoblando sus esfuerzos para mantener sus intereses como las restricciones antidemocráticas en Hong Kong, y el trato a la minoría musulmana uigur que Blinken tildó de “genocidio".
Pekín se ha adelantado a Washington de muchas formas. Pero, ¿dañará su rumbo autoritario el progreso económico? ¿Podrá China lidiar con la ralentización del crecimiento económico y envejecimiento de su población? Y, ¿será capaz el Partido Comunista de conservar la lealtad y el apoyo de la sociedad china a largo plazo? China tiene muchas fortalezas pero también muchas vulnerabilidades. EE.UU. tiene grandes debilidades pero también un dinamismo excepcional y capacidad de reinventarse, manifiesta Jonathan Marcus periodista de la BBC.
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