El Presidente Vladimir Putin ha recurrido a medidas para contener los precios. Sin embargo, el precio de la carne y de muchos otros productos continúa aumentando. En marzo hubo más de 100 casos de intoxicación infantil en las escuelas rusas. La razón, en lugar del aceite de cocina, se utiliza aceite industrial solidificado (Solidol) para la preparación de comidas. Si bien se han realizado varios arrestos, es difícil controlar la calidad de la comida escolar, dada la escasez de alimentos asequibles a buen precio. El Primer Ministro Mišustin asignó 9.000 millones en subvenciones para bajar los precios de la carne y de las aves de corral, los huevos, la gasolina y los materiales de construcción. En los últimos meses, también ha intervenido en el petróleo y el azúcar. Son los productos más demandados por la población, y en muchas zonas la situación obligó a racionarlos. El problema de los precios se ha convertido en la cuestión primordial de la actividad del gobierno y de la administración presidencial. Putin reprochó al ministro de Desarrollo Económico, Maksim Rešetnikov, que "no es aceptable que la gente tenga que racionar los alimentos porque no hay dinero suficiente ni para los artículos de primera necesidad”.
La crisis del consumo también abarca la devaluación del rublo, que no solo se relaciona con las fluctuaciones negativas del mercado, sino también con las amenazas de nuevos conflictos armados en los que Rusia podría verse involucrada a corto plazo. El 7 de abril, se produjo una fuerte caída del valor de la moneda nacional, inmediatamente después de las declaraciones del ministro de Defensa, Sergei Šojgu, quien anunció "el inicio de una verificación exhaustiva de las capacidades bélicas del ejército ruso." Pocos minutos después, el dólar subió de 70 a 77 rublos, y el euro de 85 a 91.El temor a una escalada del enfrentamiento ruso-ucraniano en el Donbass ha sacudido los mercados financieros rusos, que también temen nuevas sanciones contra la deuda soberana rusa. Sólo considerando el mes de marzo, los inversores extranjeros retiraron 1.600 millones de dólares en bonos de la deuda federal, una suma récord en los últimos años. El analista Raiffesenbank Stanislav Muratov señala que "la debilidad del rublo es un reflejo directo de la geopolítica". Otro experto matemático-financiero de la fórmula de Boole (QBF), Oleg Bogdanov, advirtió: "La escalada de la situación en Ucrania podría detonar sanciones financieras estadounidenses, lo que llevaría a la devaluación progresiva e imparable del rublo, y a la crisis total de la economía rusa."
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