domingo, 13 de julio de 2025

Publicidad

El sociólogo Vance Packard creía en los años cincuenta que los publicistas estaban manipulando a los consumidores y arrastrándolos con ardides y engaños a la compra de determinados bienes y servicios. La acusación revelaba los más oscuros secretos de la publicidad al sacar a la luz las astutas técnicas de ventas así como el desprecio hacia el público. Packard concluía su estudio con la advertencia que “si el negocio de la publicidad se deja sin control, lo más probable será que acabe por dominar nuestras vidas”. Hoy la mayor parte de las profecías de Packard se han mostrado acertadas. 
Jerry Della Femina, en una entrevista publicada en 1981 dijo que “anunciar es hurgar en heridas abiertas….miedo, ambición, angustia, hostilidad. Usted menciona los defectos y nosotros actuamos sobre cada uno de ellos. Nosotros jugamos con todas las emociones y con todos los problemas, desde el no poder seguir en cabeza…hasta el deseo de ser uno más entre la muchedumbre. Cada uno tiene un deseo especial. Si se logra que un número suficiente de gente tenga el mismo se consigue un anuncio y un producto con éxito”. 
A finales de los sesenta el economista John Kenneth Galbraith calculó que si los anuncios de televisión desaparecieran de las pantallas de televisión el producto nacional bruto de Estados Unidos se reduciría en un cincuenta por ciento. 


Existe un odio de los perversos

El cristianismo encarna el mal absoluto en el ángel de las tinieblas. El es quien se ocupa de atizar el mal en el mundo.Pero la habilidad más grande del diablo es hacerse olvidar. Halla en el corazón de los hombres una profunda complicidad. Es así como actúa. Cuando uno tiene miedo al diablo, éste no es peligroso, dice el Mefistófeles de Valery. Cuando Satán se presenta bajo rasgos amables, no se le reconoce. Su mayor destreza es “mostrar a los hombres , en un espejo, sus deseos más ocultos”.Todos los hombres han tenido “relaciones particulares con él”, declara el Fausto de Valery. El demonio no es necesario ahora, prosigue. Los hombres se pierden ellos mismos. La misma idea aparece en la entrevista de Ivan Karamazov con el demonio; Ivan jamas logra poner en claro si el diablo existe fuera de él, o el “diablo es él mismo”.De estar seguro que el diablo es “otro”, Iván se tranquilizaría un poco, podría atribuir en parte sus crímenes a la influencia de “otro”. Pero no consigue distinguir claramente el diablo de si mismo. Lo cual quiere decir que tal vez “el demonio es él, el hombre Iván”. Esta ambigüedad enloquece a Ivan. Es una intuición profunda de la malicia del pecado. Muestra que “el demonio es la imagen de lo que podemos ser nosotros”, de lo que somos a veces, “unos sublevados, absurdamente, contra la luz”. 
La historia de los Karamazov se centra en torno a esa espantosa solidaridad en el mal. Dostoyevsky nos introduce en el infierno, o sea en la “comunión de los santos” a la inversa, en la que los condenados, que sufren ya en la tierra, se aúnan oscuramente en el crimen. Smerdiakov se suicida cuando descubre que Ivan, enajenado ante la revelación de su crimen, no es el príncipe radiante al que todo está permitido, sino un pobre infeliz que tiembla cuando le muestran, en un cadáver, la realidad de lo que había deseado, la consecuencia lógica de sus teorías. Smerdiakov pierde el dios que constituía la única razón de su existencia, el príncipe de las tinieblas de alma glacial y ardiente, el ídolo hacia el cual levantaba los ojos ese ser rastrero.
Existe un odio de los perversos a los santos. Cuanto más se elevan los santos en la gracia divina, tanto más presa de los ataques diabólicos. En la historia del Cura de Ars se ve la historia de Cristo en constante lucha contra el demonio.El progreso de la santidad en el mundo debe ocasionar, de rechazo, un incremento momentáneo de los poderes del mal. “Yo no he venido a traer la paz, sino la guerra”, dice Cristo. Cuanto más se acerque la Iglesia al final de los tiempos, esto es, cuanto más se aproxime al estado de gloria, tanto más arreciara la violencia de las luchas diabólicas.
Referencia: Sabiduría griega y paradoja cristiana de Charles Moeller

Por más que lo ponga a prueba, va a seguir creyendo

Para el rabino Abraham Skorka “el hombre religioso, aun en las peores circunstancias, va a continuar hablándole a Dios, como ocurrió con miles de personas que entraron en la cámara de gas en la que iban a morir gritando: “Oye Israel, el Eterno nuestro Dios, el Señor es uno”, que es nuestra proclama de fe. Pese a todo, seguían creyendo en Él. En nuestro ritual de oraciones para el Día del Perdón, incluimos un relato acerca de un escrito que se encontró entre las ruinas del gueto de Varsovia, donde el autor cuenta que murieron su mujer y sus hijos y él es el único sobreviviente de su familia. Se dirige a Dios con mucho dolor y en uno de los párrafos le dice que por más que lo ponga a prueba de esa manera, va a seguir creyendo en El. Ésa es la verdadera fe.

sábado, 12 de julio de 2025

22 de junio de 1941

El 22 de junio de 1941 fue uno de los días más importantes de la historia de Europa. La invasión alemana de la Unión Soviética, que empezó ese día bajo el nombre en clave de Operación Barbarroja, significó mucho más que un ataque sorpresa, un cambio de alianzas o una nueva etapa de la guerra, fue el principio de una catástrofe indescriptible. El enfrentamiento de la Wehrmacht y sus aliados con el Ejército Rojo provocó la muerte de más de diez millones de soldados y de un número comparable de civiles, que murieron, bajo los bombardeos, huyendo de ellos, o de hambre y enfermedades provocadas por la guerra en el frente oriental. Durante la contienda, los alemanes mataron además a unos diez millones de personas, entre ellas más de cinco millones de judíos y más de tres millones de prisioneros de guerra.

Los consumidores no saben distinguir entre lo que será real y lo que seguirá siendo ciencia ficción

Hay que recordar la diferencia entre ciencia y tecnología. De una manera general, podemos decir que ciencia es el conocimiento obtenido a partir del trabajo realizado en un laboratorio de investigación en el que se busca o prueba una capacidad o una ley de la naturaleza. La observación, experimentación y modelización permiten plantear preguntas y construir hipótesis, lo que lleva a elaborar leyes generales sujetas a comprobación o refutación experimental. La ciencia es necesidad de saber, es un reflejo de la curiosidad del ser humano, planteada de forma objetiva y utilizando el método científico. La tecnología, a su vez, parte de los conocimientos básicos establecidos por la ciencia o bien de un procedimiento iterativo de prueba y error para construir un dispositivo, un nuevo material o una aplicación informática que tengan una utilidad determinada para la sociedad. El conocimiento necesario para generar este instrumento o proceso de fabricación se traduce habitualmente en una patente, como una forma de proteger esa invención y de ofrecer ciertos derechos a los inventores y a las entidades en las que se ha generado dicha patente.
La ciencia parece haber llegado a un momento de gloria en el que todo puede ser explicado y realizado. Nos ha enseñado a soñar y fantasear con el futuro. Tanto es así que hoy en día los consumidores no saben distinguir entre lo que será real y lo que seguirá siendo ciencia ficción. Es decir, entre lo que llegará a nuestras casas formando parte de la cotidianidad y lo que se quedará en el laboratorio como un mero experimento académico. Lo primero será tecnología, lo segundo parte de la ciencia básica necesaria para conseguirla.

Referencia: El nanomundo en tus manos (José Ángel Martín-Gago;Carlos Briones;Elena Casero;Pedro Serena)

viernes, 11 de julio de 2025

La supervivencia del cristianismo es esencial para la supervivencia de Occidente

El historiador Niall Ferguson escribe que “no tenemos un sistema ético evolucionado. No creo en la idea según la cual la evolución por sí sola nos hace ser morales. Puede modificar el comportamiento, pero hay demasiadas pruebas de que en bruto, cuando desaparecen las restricciones de la civilización, nos comportamos de la manera más salvaje posible con los demás. Creo realmente que con la sabiduría heredada de una religión que tiene más de dos mil años tenemos un marco bastante bueno con el que trabajar”. Niall Ferguson reconocen que el cristianismo es un baluarte fundamental de la frágil civilización que habitamos. "Creo que la idea de que podemos hacer frente a estos dardos de escandalosa suerte sin ningún tipo de consuelo establecido y consagrado es, prácticamente, errónea". "Soy una de esas personas que no llegó al ateísmo por elección, y casi he salido de él a base de estudiar la historia. Las mayores catástrofes a las que probablemente nos enfrentemos están relacionadas con el totalitarismo, porque esa es la lección del siglo XX. Las pandemias mataron a mucha gente en el siglo XX, pero el totalitarismo mató a muchas más”. "Me inquieta que, en muchos aspectos, el totalitarismo gane cada día más terreno", piensa Ferguson. "El totalitarismo fue malo por muchas razones, y una de las manifestaciones de su maldad fue su ataque a la religión. Cuando veo que el totalitarismo está ganando terreno, no solo en China, sino también de forma sutil en nuestra sociedad, parece que este sea el desastre que tenemos que evitar. ¿Por qué soy conservador y no un progresista clásico? Porque el progresismo clásico no detendrá la cultura woke y el totalitarismo. No es lo suficientemente fuerte. En última instancia, necesitamos las ideas heredadas de una civilización y las defensas contra esa forma particular de desastre".
Para el filósofo Sir Roger Scruton “el cristianismo es, en muchos sentidos, el alma de la civilización occidental, y que el concepto exclusivamente cristiano del perdón es absolutamente indispensable para su supervivencia”.
El escritor Douglas Murray cree que el cristianismo es esencial porque los partidarios del laicismo han sido hasta ahora totalmente incapaces de crear una ética de la igualdad que se ajuste al concepto de que todos los seres humanos han sido creados a imagen de Dios. En una columna en The Spectator señaló que la sociedad poscristiana tiene tres opciones. La primera es abandonar la idea de que toda vida humana es preciosa. "Otra es trabajar frenéticamente para precisar una versión atea de la santidad del individuo". ¿Y si esto no funciona? "Entonces solo queda otro lugar al que ir y es volver a la fe, nos guste o no”. Reciente ha manifestado que "la santidad de la vida humana es una noción judeocristiana que muy fácilmente podría no sobrevivir a la desaparición de la civilización judeocristiana”.
La supervivencia del cristianismo es esencial para la supervivencia de Occidente. "La cristiandad ha tenido una serie de revoluciones y en cada una de ellas el cristianismo ha muerto", escribió G.K. Chesterton en El hombre eterno. "El cristianismo ha muerto muchas veces y ha resucitado porque tenía un Dios que conocía el camino para salir de la tumba”.

Adenauer, un hombre de personalidad poderosa

Konrad Adenauer
Adenauer era en 1949 una persona de 73 años, católico, de vida metódica y sencilla en el ámbito particular, enérgico y de ideas claras en el ámbito político, fue un hombre de personalidad poderosa, que hizo valer siempre su prestigio y autoridad, aun respetando escrupulosamente la Constitución y los principios democráticos de la República Federal. La recuperación de la Alemania federal fue mucho más rápida de lo esperado. En los años 50 la R.F.A se hizo el país más prospero de Europa, y el marco alemán se convirtió en una de las divisas más solidas del mundo. Adenauer fue uno de los propulsores del estado de bienestar, combinando la libertad de empresa con una sólida política social.
Adenauer fue uno de los padres de Europa, que lucho por las buenas relaciones de toda la parte occidental de Europa; se llevó muy bien con otro gran líder de la democracia cristiana, el italiano De Gasperi, y logró triunfar en la difícil tarea de la reconciliación con Francia. Se entendió con el francés Schuman y el holandés Spaak en el primer gran concierto económico, la Comunidad Europea del Carbón y del Acero.. En 1957 fue Adenauer uno de los principales artífices del Tratado de Roma, que ponía las bases de la Comunidad Europea. En 1963 dimitió como canciller con 88 años.