C.S. Lewis, autor de Las Crónicas de Narnia y las Cartas del Diablo a su Sobrino, aconsejaba leer a los autores clásicos. De hecho, Lewis animaba a leer, después de un libro actual, uno antiguo, un clásico. De este modo, decía Lewis, podemos combatir de algún modo, esta agudizada tendencia a estar ciegos ante los errores de nuestra propia época.Nuccio Ordine, premio Princesa de Asturias de Comunicación y Humanidades 2023, dice que entre las aberraciones de nuestros días estaría la lenta erosión de la fraternidad humana; la idea de Donne en su poema y que refleja muy bien la magnífica canción de Paul Simon I am a rock:
Estoy protegido en mi armadura
Escondido en mi habitación a salvo dentro de mi matriz
No toco a nadie y nadie me toca
soy una roca, soy una isla
Y una roca no siente dolor
Y una isla nunca llora
No solo nos sentimos solos y desamparados sino que no queremos ayudar a los que lo están. No queremos ser molestados. Contra tamaña inhumanidad Nuccio Ordine recurre a autores como Francis Bacon para apuntalar su exhortación a la fraternidad humana. Y es que el filósofo inglés nos recuerda que ayudar a otros seres humanos es, en realidad bondad. “Siendo ésta, de todas las verdades y dignidades del espíritu, la más grande y la característica de la deidad; y sin ella, el hombre resulta un ser atareado, despreciable y miserable, no mejor que cualquier clase gusano. La bondad responde a la virtud teológica del amor, y no admite exceso, sino error”. La primera gran manifestación del pecado humano consiste en desentenderse del prójimo: “¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” le responde Caín a Dios cuando le pregunta por Abel, al que el mismo Caín acababa de asesinar.
Estoy protegido en mi armadura
Escondido en mi habitación a salvo dentro de mi matriz
No toco a nadie y nadie me toca
soy una roca, soy una isla
Y una roca no siente dolor
Y una isla nunca llora
No solo nos sentimos solos y desamparados sino que no queremos ayudar a los que lo están. No queremos ser molestados. Contra tamaña inhumanidad Nuccio Ordine recurre a autores como Francis Bacon para apuntalar su exhortación a la fraternidad humana. Y es que el filósofo inglés nos recuerda que ayudar a otros seres humanos es, en realidad bondad. “Siendo ésta, de todas las verdades y dignidades del espíritu, la más grande y la característica de la deidad; y sin ella, el hombre resulta un ser atareado, despreciable y miserable, no mejor que cualquier clase gusano. La bondad responde a la virtud teológica del amor, y no admite exceso, sino error”. La primera gran manifestación del pecado humano consiste en desentenderse del prójimo: “¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” le responde Caín a Dios cuando le pregunta por Abel, al que el mismo Caín acababa de asesinar.
No hay comentarios:
Publicar un comentario