Rémi Brague, especialista en filosofía medieval árabe y judía, miembro del Institut de France, profesor de filosofía y antiguo profesor emérito de la Universidad Pantheon-Sorbonne, opina que “el Corán no dice nada sobre el mejor sistema político, monarquía, aristocracia o democracia. La vida de Mahoma le muestra pidiendo consejo a sus compañeros e incluso estando de acuerdo con ellos. No es difícil encontrar musulmanes progresistas que sostienen que el Profeta actuó como un demócrata, o incluso que el islam promueve la democracia. Los países islámicos siempre han estado gobernados por reyes o por un hombre fuerte, un dictador, un soldado, el mulá en Irán, etc. Idealmente, nada impide que un día pueda surgir una democracia parlamentaria en territorio islámico. Sin embargo, en dicho régimen, cada parlamentario seguiría sometido internamente a una de las formas de la sharia y sólo votaría leyes compatibles con ella. Además, el único legislador seguiría siendo Alá, que ha dictado su voluntad en el Corán y en los actos y hechos de Mahoma, el “bellísimo ejemplo” (Corán, XXXIII, 21)…..El islam y el islamismo tienen el mismo proyecto, poner a todos los pueblos en la condición de reconocer el islam como la mejor de las religiones, la única verdadera, para que todos se conviertan a ella. Lo que hoy llamamos islamismo es un islam impaciente, desordenado, torpe, que quiere precipitar las cosas con violencia. El islam conoce otras formas, que se adaptan (temporalmente) a las instituciones occidentales, que utilizan los principios europeos para subvertirlos. El islamismo es estúpido, porque corre el riesgo de dar la alarma. Las tácticas más cautas, que despiertan menos sospechas y saben manipular a los “idiotas útiles”, son más eficaces a largo plazo….El Corán llama repetidamente a combatir a los infieles con las armas, hasta que se sometan y acepten pagar tributo en una situación de humillación (IX, 29). Todos los versículos que invocan el diálogo pacífico, supuestamente revelados en La Meca, al principio de la carrera de Mahoma, cuando se encontraba en una situación de debilidad, fueron abrogados por versículos posteriores, dados en Medina, donde Mahoma es a la vez profeta y general”.
“En Occidente todos, dice Rémi Brague, desde el creyente más devoto hasta el ateo más empedernido, tenemos la misma idea de lo que debe parecer una religión, a saber, el cristianismo. Clasificamos como religión a todo lo que goza de paralelismos cristianos: fe, oración, ayuno, peregrinación, limosna, aunque las similitudes sean en gran medida engañosas. Y rechazamos en la categoría de las costumbres o la cultura lo que es específico del islam, como prohibiciones alimentarias, mandatos sobre la vestimenta, leyes penales, derecho de sucesiones, estatuto de la mujer, etc. Cosas que para un musulmán son parte integrante de la religión.”
“En Occidente todos, dice Rémi Brague, desde el creyente más devoto hasta el ateo más empedernido, tenemos la misma idea de lo que debe parecer una religión, a saber, el cristianismo. Clasificamos como religión a todo lo que goza de paralelismos cristianos: fe, oración, ayuno, peregrinación, limosna, aunque las similitudes sean en gran medida engañosas. Y rechazamos en la categoría de las costumbres o la cultura lo que es específico del islam, como prohibiciones alimentarias, mandatos sobre la vestimenta, leyes penales, derecho de sucesiones, estatuto de la mujer, etc. Cosas que para un musulmán son parte integrante de la religión.”
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