martes, 12 de julio de 2022

Desde el siglo XIX hemos pasado de hablar de la libertad de un hombre a hablar de libertades colectivas

Creemos entender con bastante claridad lo que queremos decir cuando afirmamos que la libertad es un valor humano universal, que los derechos a la libertad de expresión, la libertad de movimiento, la libertad de elección, son inherentes a las personas. Pero yo pienso, escribe Tony Judt, que desde el siglo XIX hemos pasado demasiado fácilmente de hablar de la libertad de un hombre a hablar de libertades colectivas, como si fuera el mismo tipo de cosa. Pero una vez que empiezas a hablar de liberar a un pueblo, o a tomar la libertad como una abstracción, empiezan a pasar otras cosas muy distintas. Uno de los problemas del pensamiento político occidental desde la Ilustración ha sido este movimiento hacia delante y hacia atrás entre las evaluaciones éticas kantianas y las categorías políticas abstractas. Para que una nación tenga derechos u obligaciones, esos mismos deberes y reivindicaciones deben ser ciertos para los individuos y para las colectividades. Si una nación tiene derecho a ser libre, también deben tenerlo sus ciudadanos y sujetos individuales, o si no, el término libre se estará utilizando en un sentido claramente diferente.


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