Hay quien achaca los problemas actuales a una conspiración organizada. Pero no es tan simple. A los conspiradores se les puede llevar ante los tribunales. Pero este sistema nuestro lo impulsa algo mucho más peligroso que una conspiración. Lo impulsa un concepto que ha sido admitido como verdad sagrada, que todo crecimiento económico es siempre beneficioso para la humanidad y que, a mayor crecimiento, más se generalizarán sus beneficios. Esta creencia tiene también un corolario, que los sujetos más hábiles en atizar el fuego del crecimiento económico merecen alabanzas y recompensas, mientras que los nacidos al margen quedan disponibles para ser explotados.
John Perkins escribe sobre la naturaleza engañosa del PIB. Por ejemplo,dice Perkins, que puede reflejarse un crecimiento del PIB incluso cuando éste aproveche a una sola persona, como podría ser el caso del propietario único de la empresa monopolizadora de un servicio público, y aunque la mayoría de la población quede agobiada por el lastre de la deuda. Los ricos se vuelven cada vez más ricos, y los pobres cada vez más pobres, pero desde el punto de vista estadístico, el resultado figura como un progreso económico.
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