![]() |
Henri de Lubac |
Henri de Lubac, S.J, uno de los teólogos más influyentes del siglo XX, muestra que Nietzsche no se dedica tanto a argumentar como a querer expulsar la idea de Dios como un pensamiento nocivo en sí mismo. La idea de la voluntad de poder del filósofo alemán busca activamente olvidar al Dios cristiano con el objetivo de recuperar por completo la libertad. Entiende al primero como Alguien a quien someterse, en lugar de descubrir que la libertad auténtica proviene de Él. Ahí radica el drama del humanismo ateo según Lubac, la criatura, sin su creador, se desvanece. Donde no hay Dios, no hay ser humano propiamente dicho. Por esto, el ateísmo no es una anti-teología sino un anti-humanismo. El jesuita resulta completamente profético respecto a cómo combatir el anti-humanismo ateo. Si Nietzsche y sus descendientes pueden burlarse de los creyentes es porque desde hace tiempo nos hemos aburguesado, no queda apenas nada del espíritu vivaz de los primeros cristianos.
Kierkegaard, en el que descubre Lubac ciertas similitudes con Nietzsche. Ambos reaccionan ante el exceso de racionalismo de la filosofía de su tiempo, defienden la irreductibilidad de la experiencia humana que no puede ser encajonada en moldes conceptuales. Aquí acaba el parecido, el jesuita encuentra en el carácter trascendente del existencialismo del filósofo danés una de las formas de combatir el anti-humanismo ateo, caracterizado por el racionalismo exacerbado que reduce todo lo que existe a lo que puede medirse y cuantificarse.
Kierkegaard, en el que descubre Lubac ciertas similitudes con Nietzsche. Ambos reaccionan ante el exceso de racionalismo de la filosofía de su tiempo, defienden la irreductibilidad de la experiencia humana que no puede ser encajonada en moldes conceptuales. Aquí acaba el parecido, el jesuita encuentra en el carácter trascendente del existencialismo del filósofo danés una de las formas de combatir el anti-humanismo ateo, caracterizado por el racionalismo exacerbado que reduce todo lo que existe a lo que puede medirse y cuantificarse.
Del filósofo francés August Comte, Lubac señala que éste último y Nietzche comparten una misma idea. Para acabar con el cristianismo es necesario sustituirlo por otra entidad. En el caso del alemán, la figura del super-hombre. Para Comte, la idea es llegar a un estadio de cosas en el que lo único relevante sea lo científico y demostrable.
A Lubac le impresiona el genio y sensibilidad de Dostoievski, quien supo profetizar todas las consecuencias del intento de abandono de Dios por parte del hombre. Es en Los demonios donde el autor ruso supo plasmarlo con mayor maestría. La idea de Dios, su negación o su abandono en Él recorre toda la obra de Dostoievski.
Henri de Lubac piensa que no hay que desesperar pues, aunque seamos pocos, y no los más fuertes ni los más listos, si perseveramos se pondrá de manifiesto la fuerza más grande de todas, el amor.
A Lubac le impresiona el genio y sensibilidad de Dostoievski, quien supo profetizar todas las consecuencias del intento de abandono de Dios por parte del hombre. Es en Los demonios donde el autor ruso supo plasmarlo con mayor maestría. La idea de Dios, su negación o su abandono en Él recorre toda la obra de Dostoievski.
Henri de Lubac piensa que no hay que desesperar pues, aunque seamos pocos, y no los más fuertes ni los más listos, si perseveramos se pondrá de manifiesto la fuerza más grande de todas, el amor.
No hay comentarios:
Publicar un comentario