El pasado Diciembre se celebraron elecciones en Venezuela con la abstención de 81% que registró el Observatorio Electoral contra el Fraude de la oposición. Diosdado Cabello, el número dos del régimen y del Partido Socialista Unido de Venezuela (PSUV), amenazó a sus conciudadanos con una propuesta nada democrática: "el que no vota, no come". Podría pensarse cuál hubiera sido la participación de no haber mediado tanta presión.
Con sus palabras, Cabello aludía al control gubernamental, "carné de la patria" mediante, del reparto de alimentos a través de los Comités Locales de Abastecimiento y Producción (CLAP). Es un eficaz mecanismo de control social y político, que evita que una parte importante de la sociedad acabe en la miseria y la desnutrición. También explica, en parte, la capacidad de resistencia de un gobierno condenado mundialmente por violar sistemáticamente los derechos humanos.
Para el historiador Carlos Malamud el problema radica en que es la Fuerza Armada Nacional Bolivariana, que sigue apoyando a Maduro, quien tiene el poder de hacerlo. Para muchos comentaristas políticos el problema radica en Cuba.
No hay comentarios:
Publicar un comentario