Leibniz |
Tanto el alemán Leibniz como el francés Laplace se percatan que si todas nuestras leyes del movimiento vienen dadas en la forma de ecuaciones que determinan unívoca y completamente el futuro a partir del presente, entonces, mediante un conocimiento absoluto del estado inicial, un superser podría predecir toda la historia futura del universo a partir de esta materia prima.
Todo lo que vaya a suceder en algún momento se encuentra implícito en el estado inicial. Nuestro estado presente contiene toda la información necesaria para reconstruir el pasado y predecir el futuro.
Sin embargo, presentes casi idénticos conducen a futuros muy diferentes. Tales sistemas son llamados “caóticos”. Su predominio es responsable de muchas de las complejidades de la vida: la economía, las fluctuaciones del mercado monetario o las variaciones climáticas. En estas situaciones no importa cuán exactamente conozcamos las reglas que determinan cómo deben producirse los cambios, porque no podemos comprobar con toda precisión el estado presente de las cosas, dice el profesor Barrow. Nuestra capacidad de predicción desaparece velozmente.
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