Miles de madrileños hacen cola para besar los pies de Jesus de Medinaceli, una imagen de Cristo de la primera mitad del siglo XVII que arrastra una larga historia. La orden de los Trinitarios, dedicado al rescate de cautivos, pagó en oro el peso de la figura para rescatarlo de los sarracenos. El plato de la balanza se equilibró cuando alcanzo el mismo precio que cobró Judas por entregar a Jesus, treinta doblones de oro.
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convento del caballero de gracia. Madrid |
Dentro de los viajes de nuestro Cristo y contando solo los últimos, diré que en 1845, por mediación del duque de Medinaceli,fue al convento trinitario, que ya estaba regido por las religiosas concepcionistas del Caballero de Gracia. Durante la guerra civil,en 1937 fue llevada a Valencia, al colegio del Patriarca, formando parte de la caravana del Tesoro Artístico protegido por la Junta; y en 1938, fue situada en el castillo de Perelada de Gerona (cerca de la frontera francesa); pasando en 1939 a Ceret, Francia. El 12 de febrero de 1939 llegaba el Cristo de Medinaceli a Ginebra, Suiza. Acabada la guerra se recupera, y don Fernando Álvarez de Sotomayor, representante del nuevo gobierno español, consiguió que la imagen del Cristo saliera de Ginebra el día 10 de mayo de 1939 y con la ayuda del obispo de Madrid-Alcalá y el Provincial de los capuchinos, se realizan los preparativos para el traslado a Madrid; siendo recibido el Cristo con honores en la estación de ferrocarril de Pozuelo de Alarcón, haciéndose cargo de la imagen la Junta de la Real Esclavitud, llevándola a Madrid. Tuvo en 1939 una breve estancia en el Monasterio de la
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Procesión de Jesús de Medinaceli |
Encarnación. Y el 14 de mayo de 1939, tras una procesión por el centro de Madrid, llega el Cristo a su iglesia del convento de los padres capuchinos de la plaza de Jesús, nombrada basílica por el papa Pablo VI el 1 de septiembre de 1973.
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