“Todos los niños de Ucrania y los que han huido están traumatizados en mayor o menor medida”, explica Barbara Rüegger, responsable de WWO. “Algunos niños experimentan atrocidades inimaginables y su trauma afecta no solo a su bienestar emocional, sino también al físico. Está muy claro que el trauma de los niños es un problema a largo plazo”, añade. “Vemos un mayor índice de ansiedad, depresiones y un peor estado mental, en general”, subraya el presidente de Europartners+, Wouter Droppers. “Suponemos que esto se debe principalmente a la situación de estrés a la que se enfrentan los niños y adolescentes. Estar en un nuevo entorno, no conocer el idioma, perder a sus amigos y, a menudo, desconocer el futuro de su familia”, agrega.
Con el conflicto en Ucrania el número de personas desplazadas en todo el mundo ha superado ya los diez millones, según ACNUR. “Es un hito terrible y refleja una situación de inestabilidad muy importante a nivel global”, ha asegurado la representante de la agencia de Naciones Unidas, Sophie Muller.
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