miércoles, 24 de agosto de 2022

Preparar a los jóvenes para la innovación


En su libro Creando innovadores, Tony Wagner, un especialista en educación de la Universidad de Harvard, dice que el principal objetivo de las escuelas ya no será preparar a los jóvenes para la universidad, sino preparar a los jóvenes para la innovación. “Lo que uno sabe es cada vez menos importante, y lo que uno puede hacer con lo que sabe es cada vez más importante. La capacidad de innovar, o sea la habilidad de resolver problemas creativamente o convertir nuevas posibilidades en realidad, y las habilidades, como el pensamiento crítico, la capacidad de comunicar y de colaborar con otros, son mucho más importantes que el conocimiento académico”, dice Wagner. Para Wagner, la innovación se puede enseñar en las escuelas. La clave es que los maestros, en lugar de premiar a los alumnos con base en los conocimientos que han adquirido, o sea, lo que saben, los premien según su capacidad de analizar y resolver problemas, y de aprender de sus fracasos. “En la mayoría de las escuelas secundarias y universidades, el fracaso es castigado con una mala calificación. Pero sin prueba y error, no hay innovación”, dice Wagner. Según recuerda Wagner, Amanda Alonzo, una profesora de San José, California, cuyos alumnos han ganado varios premios de ciencias, le dijo que “una de las cosas más importantes que le enseño a mis alumnos es que cuando fracasas, estás aprendiendo”. Wagner concluye que las escuelas que mejor preparan a los estudiantes para la economía del siglo XXI son las que les dan buenas calificaciones tanto por lo que estudian como por su capacidad de resolver problemas, trabajar en equipo, perseverar en sus proyectos, tomar riesgos, aprender de sus fracasos, y no dejarse amilanar por estos últimos.

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