Assad |
Para los Estados Unidos, Inglaterra y las potencias occidentales, el surgimiento de ISIS y del califato es el más grande desastre. Cualesquiera que hayan sido sus intenciones con la invasión de Iraq en 2.003 y con sus esfuerzos de librarse de Assad en Siria desde 2.011, no fueron las de ser testigos de la creación de un Estado yihadista que abarcara la parte norte de Iraq y Siria, y dirigido por un movimiento cien veces mayor y mucho mejor organizado que Al Qaeda de Osama bin Laden.
ISIS: |
La guerra contra el terrorismo por la cual se han limitado las libertades civiles y se han gastado cientos de miles de millones de dólares, ha fracasado miserablemente. La creencia de que ISIS está interesado solo en conflictos de musulmanes contra musulmanes es otro ejemplo de pensamiento fantasioso: ISIS ha mostrado que peleará con cualquiera que no se adhiera a su variante intolerante, puritana y violenta del Islam. ISIS difiere de Al Qaeda en que se trata de una organización militar bien dirigida que tiene mucho cuidado al elegir sus objetivos y el momento óptimo para operar.
Yihadistas. |
Patrick Cockburn cuenta que en Libia en 2011, se minimizó cualquier similitud entre Al Qaeda y los rebeldes respaldados por la OTAN que luchaban para derrocar al líder libio Muammar Gaddafi. Solo los yihadistas que tenían un lazo operativo directo con el núcleo de Al Qaeda de Osama bin Laden eran considerados peligrosos. La falsedad de la simulación de que los yihadistas contrarios a Gaddafi en Libia eran menos amenazantes que quienes se encontraban en contacto directo con Al Qaeda quedó indefectible aunque trágicamente expuesta cuando el embajador estadounidense Chris Stevens fue asesinado por combatientes yihadistas en Benghazi, en septiembre de 2012. Fueron los mismos combatientes elogiados por los gobiernos y los medios occidentales por su papel en el levantamiento anti Gaddafi.
Patrick Cockburn |
La guerra contra el terrorismo ha fracasado porque no se dirigió al movimiento yihadista como un todo y, por encima de todo, no tuvo como objetivo a Arabia Saudita y Paquistán, los dos países que patrocinaron el yihadismo como credo y como movimiento. Los Estados Unidos no lo hicieron porque estos países eran importantes aliados a quienes no deseaba ofender.
Armas estadounidenses. |
Arabia Saudita constituye un mercado enorme para las armas estadounidenses, y los saudíes han cultivado y, en ocasiones, comprado, a miembros influyentes del establishment político estadounidense. Paquistán es una potencia nuclear con una población de 180 millones de habitantes y una milicia con lazos cercanos al Pentágono.
Arabia Saudita. |
El papel de Turquía ha sido distinto, pero no menos importante que el de Arabia Saudita en cuanto a brindar ayuda a ISIS y a otros grupos yihadistas. Su acción más importante ha consistido en mantener abierta su frontera de 900 kilómetros con Siria. Esto dio a ISIS, a Al-Nusra y a otros grupos de oposición una base de retaguardia segura a través de la cual ingresar hombres y armas.
Por otro lado, el nombre de Al Qaeda primordialmente ha sido un grito de batalla, una serie de creencias islámicas que se centran en la creación de un Estado islámico, la imposición de la ley sharia, un regreso a las costumbres islámicas, el sometimiento de la mujer, y el hacer la guerra santa en contra de otros musulmanes, particularmente los chiitas, considerados herejes dignos de morir. En el centro de esta doctrina de hacer la guerra se encuentra un énfasis en el autosacrificio y la inmolación como símbolos de fe y compromiso religioso. El resultado ha sido el uso de creyentes no entrenados, pero fanáticos, como hombres-bomba, con un efecto devastador.
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