También en el ambiente del trabajo, a veces,sin dejar de lado los deberes,dice el Papa Francisco, sabemos infiltrar algún toque de fiesta: un cumpleaños, un matrimonio, un nuevo nacimiento, como también una despedida o una nueva llegada…, es importante.
Es importante hacer fiesta. Son momentos de familiaridad en el engranaje de la máquina productiva.Pero el verdadero tiempo de la fiesta interrumpe el trabajo profesional, y es sagrado, porque recuerda al hombre y a la mujer que están hechos a imagen de Dios, que no es esclavo del trabajo, sino Señor, y, por tanto, tampoco nosotros nunca debemos ser esclavos del trabajo, sino señores. Hay un mandamiento para esto, un mandamiento que es para todos, ¡nadie excluido! Y sin embargo sabemos que hay millones de hombres y mujeres e incluso niños esclavos del trabajo.
esclavos del trabajo |
En este tiempo existen esclavos, son explotados, esclavos del trabajo y ¡esto va contra Dios y contra la dignidad de la persona humana!, dice el Papa Francisco. La obsesión por el beneficio económico y la eficiencia de la técnica amenaza los ritmos humanos de la vida,sigue comentando el Papa Francisco, porque la vida tiene sus ritmos humanos. El tiempo de descanso, sobre todo el del domingo, está destinado a nosotros para que podamos gozar de lo que no se produce ni consume, no se compra ni se vende. Y en lugar de esto vemos que la ideología del beneficio y del consumo quiere comerse también la fiesta: también ésta a veces se reduce a un negocio, a una forma de hacer dinero y gastarlo. Pero, ¿trabajamos para esto? La codicia del consumir, que implica desperdicio, es un virus malo que, entre otras cosas, al final nos hace estar más cansados que antes. Perjudica al verdadero trabajo y consume la vida. Los ritmos desordenados de la fiesta causan víctimas, a menudo jóvenes.
ideología del beneficio |
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