lunes, 2 de junio de 2025

Los gobiernos han tardado en adaptarse al ciberespacio como campo de batalla

La posibilidad de guerra en la frontera electrónica es una preocupación especial. Los ataques sufridos en el último decenio han dejado clara la amplitud de la amenaza a la que se enfrentan los países; por ejemplo, ataques a sistemas para inmovilizarlos o introducir virus cibernéticos malignos, ataques a redes de información para obtener datos confidenciales e impedir las comunicaciones, y ataques a infraestructuras críticas como las redes eléctricas. La guerra cibernética también incluye acciones de “guerra de mensajes” que consisten, entre otras acciones, en distribuir propaganda y redirigir páginas web.
Todo parece indicar que los gobiernos han tardado en adaptarse al ciberespacio como campo de batalla, y es evidente que los piratas y agresores informáticos todavía disfrutan de un gran margen de maniobra y de múltiples oportunidades para trastocar las funciones fundamentales de los gobiernos. Y cada segundo cuenta. “Ir por delante es crucial por la vertiginosa velocidad a la que cambia el mundo cibernético, afirmaba Amos Yadlin, el jefe de la inteligencia militar israelí, como máximo unos cuantos meses para reaccionar ante un cambio, en vez de los años de que disponían los pilotos”.
Referencia: El fin del poder (Moisés Naím)

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