sábado, 14 de junio de 2025

La práctica del lobby en Europa

El informe elaborado por la organización no gubernamental Transparencia Internacional, en la primera parte del año 2015, sobre la práctica del lobby en Europa es de un contenido demoledor. De 19 países europeos evaluados, apenas siete tienen algún tipo de regulación específica sobre el lobby, con lo que se genera una influencia prácticamente sin restricciones de los intereses comerciales en la vida cotidiana de los ciudadanos de la zona. A pesar de que el lobby tiene cabida en toda democracia, los múltiples escándalos que se han producido muestran que, sin normas y regulaciones claras y exigibles, puede suceder que un grupo reducido de actores con mayores recursos económicos y contactos dominen las relaciones políticas, generalmente para beneficio propio o de quienes los contratan. El informe evidencia que las iniciativas de reforma del sistema financiero implantadas tras la crisis a nivel nacional y en el ámbito de la UE (como en Estados Unidos con la ley Dodd-Frank) se han visto frustradas y debilitadas, en gran parte debido al intenso lobby impulsado por el sector financiero.Ninguno de los países europeos (todos los grandes) e instituciones de la UE evaluadas (Comisión, Parlamento, Consejo) controlan adecuadamente el fenómeno de las revolving doors (las pasarelas entre los sectores público y privado, en las dos direcciones). Los legisladores están, en general, exentos de restricciones pre y pos empleo público y “periodos de cuarentena”, a pesar de ser un blanco clave de las actividades de lobby o influencia.
La directora para Europa y Asia Central de Transparencia Internacional, Anne Koch, afirma que “el lobby sin ningún tipo de control ha tenido profundas consecuencias para la economía, el medio ambiente, los derechos humanos y la seguridad pública”. Y la vicepresidenta de esta organización, Elena Panfilova subraya que “las prácticas de lobby desleales y poco transparentes son uno de los riesgos de corrupción fundamentales a los que se enfrenta actualmente Europa. Los países europeos y las instituciones de la UE deben adoptar una normativa sólida en materia de lobby, aplicable al amplio espectro de lobbistas que inciden, de manera directa o indirecta, en las decisiones políticas, las leyes o las políticas públicas. De lo contrario, la falta de control sobre el lobby podría socavar las democracias en la región”. Transparencia Internacional da varias recomendaciones para asegurar que esta actividad no propicie la corrupción. Entre ellas, adoptar una regulación que sea de alcance amplio y exhaustivo, abarcando tanto a los que lleven a cabo estas actividades como a los que son destinatarios de las mismas; crear registros obligatorios de lobbistas, donde se consigne información detallada sobre las organizaciones o los clientes a quienes representan, los responsables públicos a quienes pretenden influenciar y las decisiones en las cuales pretenden influir. 
Con tres instituciones (Comisión Europea, Parlamento Europeo y Consejo Europeo) que elaboran normas para toda Europa, y una nutrida representación de los 28 estados miembros, la capital belga alberga a miles de lobbistas. El registro de transparencia de la Comisión y el Parlamento europeos recogía a mitad de 2015 la existencia de 7.567 lobbistas, aunque la inscripción es voluntaria y los expertos subrayan que los grupos de presión están infraestimados.

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