II Guerra Púnica |
Para algunos historiadores, España como comunidad cultural se forjó a partir de la invasión romana en la II Guerra Púnica, hacia el siglo III antes de Cristo y en un largo proceso de seis siglos, que extendió el latín, el derecho, numerosas actitudes, costumbres y técnicas, así como, a partir de una época, la religión cristiana.
Leovigildo |
En el último tercio del siglo VI después de Cristo se crea la nación española. Fue una creación de los visigodos y de las autoridades hispanorromanas, pero no un estado germánico, sino esencialmente latino y con ambición definida de incluir en él a toda Hispania. A partir de Leovigildo el estado se concibió como hispanogodo, y el afincamiento y progresiva disolución de los godos en España fueron definitivos. España era ya una nación, no una mera comunidad cultural, con sentimientos nacionales explícitos y voluntad de asentamiento definitivo en la península. Es más, sin esa nación resulta inexplicable la posterior dinámica de reconstrucción de España después de la conquista árabe.
Reyes Católicos |
Los núcleos de resistencia al Islam se desarrollaron en considerable aislamiento entre sí, creando toda suerte de particularidades e intereses que podrían haber concluido en un mosaico parecido al de los Balcanes. Esas tendencias tenían las de ganar en principio, porque materialmente eran las más fuertes. Sin embargo, a su lado permaneció todo el tiempo una tensión unitaria en pro de la recuperación de España, que poco a poco fue imponiéndose hasta rehacer la unidad de la nación, salvo Portugal. De entonces acá, las fuerzas unificadoras han prevalecido siempre sobre las disgregadoras, de modo que España ha continuado básicamente igual a la de los Reyes Católicos.
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