lunes, 3 de marzo de 2025

Rusia es una civilización separada

La ruptura de Rusia casi completa de la colaboración con Europa a partir del comienzo de la guerra de Ucrania impulsa necesariamente el vector asiático de la política exterior y económica rusa. Putin en su intervención ante el Club Valdai el 5 de octubre de 2023 decía que “sin lugar a dudas, el código de civilización de Rusia, como el de Europa, se basa en el cristianismo. Y esto, por supuesto, nos une. Pero no vamos a imponer a Europa nuestra presencia si Europa no quiere aceptarla. No somos nosotros los que cerramos la puerta a la comunicación conjunta, es Europa la que se separa de nosotros y crea un nuevo “telón de acero”, no somos nosotros los que lo creamos, sino los europeos quienes lo crean”.La Rusia de Putin, por razones pragmáticas, está intentando restar peso al vector “europeo” de su identidad, así como potenciar el “vector asiático”. No es tanto una cuestión de ideología como una necesidad práctica. Otra necesidad práctica es la de “sublimar” el aislamiento a que el país se ha visto sometido por la acción diplomática coordinada de Occidente,y lo consigue proclamando que Rusia constituye una “civilización independiente”.
Putin explica que “las principales cualidades de una civilización estatal son la diversidad y la autosuficiencia. Aquí están los dos componentes principales, en mi opinión. El mundo moderno es ajeno a cualquier unificación; cada estado y sociedad quiere desarrollar independientemente su propio camino de desarrollo. Se fundamenta en la cultura y las tradiciones,enraizadas en la geografía,la experiencia histórica, tanto antigua como moderna, y en los valores del pueblo. Se trata de una síntesis compleja, en cuyo proceso surge una comunidad civilizatoria única. Su heterogeneidad y diversidad son la clave de su sostenibilidad y el desarrollo. A lo largo de los siglos, Rusia se ha ido configurando como un país de diferentes culturas, religiones y nacionalidades. La civilización rusa no puede reducirse a un denominador común, pero tampoco puede dividirse, porque solo existe en su integridad, en su riqueza espiritual y cultural. Mantener la fuerte unidad de un Estado así no es una tarea fácil.No se puede imponer desde fuera un sistema estatal verdaderamente eficaz y duradero. Surge naturalmente de las raíces civilizatoria de países y pueblos…Estoy convencido de que la humanidad no avanza hacia la fragmentación en segmentos competitivos, ni hacia una nueva confrontación de bloques, sin importar lo que la motive, ni hacia el universalismo desalmado de una nueva globalización, sino que, por el contrario, el mundo está en camino de una sinergia de estados-civilizaciones, de grandes espacios, de comunidades conscientes de su especificidad.(…)Rusia es, por sí misma, una civilización separada. Hay más de 190 naciones, nacionalidades y grupos étnicos que viven en Rusia, tenemos más de 270 idiomas y dialectos. ¿No es esto una civilización?”.


Referencia: Palacios, José Miguel (2023), “Dugin y Putin”

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