domingo, 14 de diciembre de 2025

Un Estado de derecho bajo un dogma ateísta radical no tiene ninguna oportunidad de sobrevivir

Joseph Ratzinger
Joseph Ratzinger manifiesta que “no toda asociación política o económica que tiene lugar en Europa, es equivalente, como tal, a un futuro europeo. Una mera centralización de las competencias económicas o legislativas puede conducirnos a un acelerado desmontaje de Europa, si, por ejemplo, esta desemboca en una tecnocracia cuyo único rasero radique en incrementar el consumo. De manera inversa, tales instituciones, en un contexto mayor, tienen su valor en calidad de superación del culto a la nación, como partes integrantes de un orden de paz que disfruta en común de los bienes de este mundo.”
“Toda dictadura comienza condenando el derecho como una herejía. Quien lucha por Europa, lucha, por consiguiente, por la democracia, pero en el vínculo indisoluble con la eunomía. Si la eunomía es una premisa de la capacidad vital de la democracia, como oposición a la tiranía y la oclocracia, entonces, a su vez, una premisa fundamental de la eunomía sería el respeto común y vinculante para el derecho público de los valores morales y de Dios. Esto incluye la tolerancia y el espacio para las personas ateas, y no puede tener nada que ver con una obligatoriedad de la fe. Solo que, en cierto sentido, las cosas deberían estar a la inversa de como empiezan a perfilarse en la actualidad. El ateísmo empieza a ser el dogma público fundamental, mientras que la fe se tolera como una opinión privada, con lo cual, a fin de cuentas, deja de ser tolerada en su esencia.”
“A la larga, un Estado de derecho bajo un dogma ateísta radical no tiene ninguna oportunidad de sobrevivir y que, en este sentido, necesitamos una reflexión profunda, tratada como una cuestión de supervivencia. De igual modo, me atrevo a afirmar que la democracia solo está en condiciones de funcionar si la conciencia funciona; también afirmo, dice Benedicto XVI, que esa conciencia se queda sin enunciados cuando no se orienta según la vigencia de los valores morales básicos de lo cristiano, los cuales pueden realizarse también sin adherirse a la fe cristiana, incluso en el contexto de una religión no cristiana."

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