Los partidos como tales son extrovertidos en el sentido de que tienen puestos los ojos en el electorado, los políticos como particulares son, por el contrario, introvertidos, y por ello todos dispuestos a maniobrar los unos contra los otros en el interior de un mundo cerrado de juegos de poder. De la multiplicidad de los partidos, y todavía más de la conflictividad intrapartidista, parten por lo tanto voces casi infinitas y ciertamente contrastadas, que llegan en primera instancia al personal de los media. Este personal no las retransmite tal cual. Como mínimo, cada canal de comunicación establece lo que constituye o no constituye una noticia. Todo canal selecciona, simplifica, quizá distorsiona, ciertamente interpreta y con frecuencia es fuente autóctona de mensajes, escribe Giovanni Sartori, Premio Princesa de Asturias de Ciencias Sociales.

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