Somos una especie adaptable y esta característica nos ha facultado para sobrevivir. Sin embargo, la adaptabilidad puede asimismo constituir una amenaza; podemos habituamos a determinados peligros y no reconocerlos hasta que es demasiado tarde. Las armas nucleares son el ejemplo más notorio; mientras lees esto, de hecho llevas un uniforme militar y estás sentado en una trinchera muy expuesta. Estás a merced de personas cuyo poder no deriva de tu consentimiento y que te consideran prescindible, desechable. Lo que pasa es que no te diste cuenta en el momento en que te enrolaron. Una vida “normal” consiste en vivir como si este hecho, el más sobresaliente de todos, no fuera en absoluto un hecho, escribe Christopher Hitchens, filósofo y periodista.
No hay comentarios:
Publicar un comentario