Para Milan Kundera “Europa central quería ser la imagen condensada de Europa y de su variada riqueza, una pequeña Europa archieuropea, modelo miniaturizado de la Europa de naciones concebida en esta regla, la máxima diversidad en el mínimo espacio. ¿Cómo podía no horrorizarle a Rusia que, frente a ella, se basaba en la regla contraria, la de la mínima diversidad en el máximo espacio?”. ¿Cómo conjugar la pasión por la diversidad de Europa y de Europa central, más concretamente, con la pasión “uniformadora y centralizadora de Rusia que transformaba con temible determinación a todas las naciones de su imperio (ucranianos, bielorrusos, letones, lituanos, etc.) en un solo pueblo ruso?” No hubo conjugación posible, al menos pacífica, y sigue sin haberla, a juzgar por la invasión de Crimea y la entrada de las tropas rusas en Ucrania en Febrero de 2022.
El historiador y político checho František Palacký pone en Guardia contra las ambiciones imperiales de Rusia que intenta convertirse en “monarquía universal”, es decir, que aspira a la dominación mundial. La “monarquía universal de Rusia”, dice Palacký, “sería una desgracia inmensa e indecible, una desgracia sin medida y sin límites”.
El historiador y político checho František Palacký pone en Guardia contra las ambiciones imperiales de Rusia que intenta convertirse en “monarquía universal”, es decir, que aspira a la dominación mundial. La “monarquía universal de Rusia”, dice Palacký, “sería una desgracia inmensa e indecible, una desgracia sin medida y sin límites”.
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