viernes, 7 de febrero de 2025

El hombre no sólo vive de sexo

En una carta dirigida a C. S. Lewis, Tolkien escribió que “el matrimonio cristiano no es una prohibición del contacto sexual, sino la manera de su temperancia; de hecho, probablemente la mejor manera de obtener un placer sexual más satisfactorio, así como la temperancia alcohólica es la mejor manera de disfrutar el vino y la cerveza”. Con esto Tolkien no hacía más que repetir las doctrinas de la Iglesia, procedentes de la Ética de Aristóteles vía santo Tomás de Aquino. El placer sexual es algo bueno y un don de Dios, pero la temperancia sexual es necesaria porque el hombre no sólo vive de sexo. La temperancia es el camino moderado entre la mojigatería y la lascivia, los dos extremos de la obsesión sexual.


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